domingo, 26 de diciembre de 2010

[Rol] Empezando juntos

Hola a todos!! Feliz Navidad!

Qué tal? Como van los atracones navideños? A mi pasándome factura xDDD

Espero que Papá Noel se haya portado bien con quien haya visitado (y a los que no, pues espero que se porten bien los Reyes Magos ) Yo por mi parte os traigo de regalito el "segundo capitulo" de la historia parejil de Caoilte y Keith : D Y sin interrupciones ni esperas!!! (gracias Randt por enseñarme como poner los botones de spoiler estos : * ) Este capi es pasteloso, aviso xDDDDDDDD Pero fue un reto rolear esto, porque monguis de nosotras nos pusimo a ello meeeses después de que estuvieran juntos y haber roleado otras cosas, vamos, que ya tenian la relación estable. Así que imaginaos volver a atrás y ponerlos juntos sin que se tuvieran tanta confianza, ni hacer cosas que de normal ya estaban más acostumbrados y todo eso.


Espero que os guste y gracias por leer!! Besos y felices fiestas!!

"Empezando Juntos"

Caoilte paseaba de un lado a otro en el aeropuerto esperando la llegada del vuelo de Keith desde España. Estaba casi seguro que podía decir que desde que se separaron en el aeropuerto de Amsterdam había pasado los peores días de su vida (en cuanto a humano al menos ) de los puros nervios. Aún no se creía que Keith hubiese aceptado su proposición a última hora de irse a vivir juntos, era un poco una locura ¿¡no!? Imaginó que en cuanto estuviera en España lo pensaría fríamente y vería que no tenía sentido irse con alguien que solo había visto 3 días... Se había pasado 4 días con una ansiedad horrible y no se relajó "un poco" hasta que Keith no le avisó para confirmarle 100% el vuelo y la llegada. Y ahí estaba, esperando a ver que le iba a deparar todo esto.

Desde que se habia subido al avión para volver a España Keith había estado en una nube. Solo hasta que no entró en casa no se le vino la realidad encima, como agua fría. El primero en recibirle fue Toskan, que le saltó al cuello y se le abrazó como un monito, dándole besitos en la mejilla, diciendo que le había extrañado mucho, que como lo había pasado, que si le había traído regalos... Lo típico que haría un chico de 12 o 13 años. Cuando se lo consiguió sacar de encima fue a ver a Soda, que lo recibió con una sonrisa y una lata de cerveza.
Esperó a la noche, sobretodo a que Toskan se durmiese, para hablar con Soda. Siempre lo hacían así, cuando todos en la casa estaban soñando, ellos dos se explicaban sus realidades. Por la cara que iba poniendo Soda, Keith supo que no le hacía ninguna gracia el que se marchase, y menos aún que le dejase a su cargo a Toskan. Al día siguiente todo era tensión, sabía que tenía que hablarlo con Toskan, pero no se atrevía, y no pudo hacer nada más que alargarlo hasta la última noche, la cual aprovechó para dormir con él. Le dijo que se iría de nuevo un tiempo, que estaría con una persona que quería mucho, y, de paso, le dio consejos: que él ahora iba a estar solo, que tenia que madurar, que tenia que conocer mucha gente y que tal vez se enamoraría y muchas mas tonterías que Toskan escuchaba con una sonrisa, seguro sin creerse aún que de verdad se iba a marchar para no volver. A la mañana, bien temprano y con cuidado de no despertar a Toskan, se preparó para irse. Quería despedirse antes de Soda, pero el hecho de que hubiese puesto el cerrojo en la puerta de su habitación le dejaba claro que no quería verlo irse. Se sentía realmente mal, sobretodo por Toskan, pero sabía que lo que iba ha hacer era lo correcto. En el avión no pudo dormir y, a medida que llegaba, la tristeza se iba quedando diminuta tras la emoción y los nervios. Una vez en tierra, con las piernas temblándole cual flanes salió de la zona de recoger las maletas, dispuesto a empezar una nueva vida junto a Caoilte.

- Mierda necesito un cigarro...
Los nervios podían con él.

Mientras en tierra, al hacerse la hora Caoilte fue a la puerta de embarque a esperarle. Con los nervios a flor de piel miraba a los pasajeros aparecer y al instante reconoció a Keith saliendo cargado. El corazón se le desbocó de la alegría al verlo allí de verdad. Como con un resorte salió disparado hacia él.

- ¡¡Keith!! - lo llamó saludando con la mano y una sonrisa enorme, llegando hasta él.
Cuando escuchó su nombre se mordió el labio, mirando en dirección donde estaba Caoilte.
- Wah...
Caminó hacia él y cuando se paró enfrente lo abrazó fuerte, sin querer soltarlo. Sintió que ya podía respirar tranquilo, suspiró y después de un ratito lo soltó mirándolo a los ojos.
- Dios, creía que el avión no llegaría nunca...
Por su parte Caoilte aún no se acostumbraba a los abrazos para saludar, pero por esta vez que le diesen mucho por saco al reparo y la frialdad inglesas. Lo abrazó fuerte enterrando la cara en su hombro.
- Waaaah ¡Estas aquí de verdad! - se apartó para mirarlo sonriendo todavía de oreja a oreja-. Aún no me creo, haha...

Quería decirle algo más pero sin parecer empalagoso o desesperado... ¿Le podía besar o coger de la mano o no era el momento aún? ¿Le molestaría por estar delante de gente? En Amsterdam no pareció importarle, pero allí pensaban que no se iban a ver nunca más después...
Keith le miraba quieto y rió de pronto, notando que aún estaban en todo el medio.
- Bueno... aquí vas a tener que ser tu el que me lleve... bueno... ¡en verdad igual que el fin de semana pasado! ¿Te parece que salgamos? Tengo un nudo aquí en el estómago y me gustaría sentir un poco de aire en la cara...- cogió la maleta y se quedó mirando su mano libre. La estiró hacia Cao sonriendo-. ¿Por dónde?
Sonriendo Caoilte le tomó la mano. Por dentro tenía como un enanito gritando histérico y rodando de la emoción.
- Por aquí, tenemos que ir en taxi a casa... No se conducir, solo moto. - puso cara de resignación.

Una vez fuera a Keith le vino la necesidad de fumar, pero se había dicho a si mismo que tenia que dejarlo, así que se reprimió. Llegaron a la parada de taxis, les tocaba esperar un poco para conseguir el suyo.
- Espero que te gusta aquí... - comentó Caoilte nerviosillo-. Todo un poco de distinto de España... intento mejor que puedo para que sientes a gusto ¿sí?
- Yo estos días he estudiado como un loco el idioma... Y sobre todo los nombres de las calles cerca del edificio de mi empresa, para no perderme. Pero tendrás que llevarme aunque sea un par de días ¿vale? -se acercó, dudando unos segundos. Luego lo besó en los labios-. Te he extrañado...
Ahora el enanito del estómago de Caoilte daba saltos.
- Y yo... muchísimo- le acarició la mano con el pulgar-. No te preocupas de calles y eso, yo llevo primeros días para que conoces zona de donde vivimos y sitios que quieres. Aún faltan exámenes pero en tiempo de descanso puedo, y en semana y media soy libre haha. Por cierto, para que vas aprendiendo, piso mio es en zona de Chelsea ¿ok? Tenemos zona de centro con tiendas, cine y así... y de turismo, a 15 minutos con metro más o menos- les tocaba ya el turno para el taxi.
- Está bien, cuando tengas tiempo y si te apetece. Si no siempre puedo hacer dedo para que me lleven en coche... - le soltó la mano para meter la maleta en la parte trasera del taxi, luego subió junto a Caoilte atrás.
- ¡Ni se te ocurra! Muero de ganas de enseñar todo yo- le golpeó flojo en el brazo. Le dio la dirección al taxista y se echó hacia atrás en el asiento del taxi.
- Vale, vale, me esperaré a que tú puedas... Uff... estoy agotado...- lo miró sonriendo-. Espero que me hayas hecho sitio en el baño... He dejado muchas cremas y potingues en casa pero la mitad de la maleta esta llena de botes..
- ¿Cremas?- lo miró incrédulo-. ¿De verdad traes cosas de esas? Maldito David Beckham... - masculló.
- ¿Quien es ese?- se rió mirándolo sin entender-. ¿Algún amigo tuyo de por aquí?- no es que le interesase especialmente el deporte ni los deportistas.
- ¿Amigo? Es un cara dura, de invita a todos a beber cerveza y luego escapa sin paga de verdad, eso no es amigo-. le siguió la broma.
- Y tranquilo, solo necesitaré un par de cajones y un armario...- rió bromeando apoyando la cabeza sobre su hombro.
- Eh... si quieres me voy yo y te dejo casa para tu y tus cosas esas...- miró que el conductor estuviera concentrado en la carretera y se giró para darle un beso en la cabeza.
- Humm que malote...- cerró los ojos, sorprendiéndose de lo poco que le costaría quedarse ahí dormido-. Oye... ¿seguro que te iba bien que viniese tan rápido? No quiero causarte molestias y eso...
- No te preocupes, solo tengo que dar tres gritos y ya todo solucionado- dijo quitándole importancia.
La verdad era que aunque gritos no habían habido esta vez, les había pillado a todos por sorpresa y la primera reacción de Ciaran fue negarse en rotundo a que se marchara de la casa del clan. Luego entró en razón, aunque con sus dudas, algo que Cao al fin y al cabo encontraba normal que tuviese.
- Ayer paso tiempo recogiendo y limpiando y llevando cosas... piso ese hace 4 años que solo uso de vez en cuando... seguro vecinos asustan de que vuelvo a vivir allí- comentó divertido.

Keith sonrió ampliamente, permaneciendo ya en silencio hasta que el taxi les dejó en la puerta del piso. Se incorporó con pereza y salió para sacar la maleta
- ¿Pagas tú Cao?- aunque Caoilte ya estaba sacando el billete tras salir después de él.
Miró la calle que ahora iba a ser la "suya", le encantaba, era una calle como cualquier otra, pero esta tenía un encanto especial.
- Aquí... es el tercero, este timbre- señaló Caoilte indicándole en el portal mientras abría.
Subieron en silencio y de nuevo Caoilte abrió ya la puerta de casa invitándole a entrar. Estaba un poco incómodo de pronto en este protocolo de presentación. Keith entró con lentitud, mirándolo todo con detalle. El piso no era especialmente grande, pero era espacioso. La entrada era directamente al salón, la estancia más grande. A la derecha estaban la cocina y el baño. En frente estaban las puertas del estudio de Caoilte, con sus cosas de dibujo, comics, libros... y el dormitorio. Y a la izquierda quedaba el balcón.
- Está genial... me encanta...- lo miró sonriendo-. Quiero ver la habitación Cao...
Dejó la maleta junto al sofá y se colocó junto a Cao esperando que le llevase a la habitación que a partir de ahora iba a ser su nido de amor.
- Por aquí...
Lo guió y abrió la puerta... y entonces reparó en algo que ni se había planteado antes. La cama era de matrimonio... no era muy normal ¿no? ¿O sí para alguien que viviera solo? Se le subieron los colores imaginando qué pensaría él.
- No tiene mucho...- continuó Caoilte. Armario grande enfrentado a la cama, las mesitas con las lámparas, una cajonera y la ventana a la izquierda-. Podemos decorar como quieras. Ah, ya hago sitio en armario para ropa tuya, de momento solo traigo ropa para este tiempo, ya iré allí a por mas mas adelante...
Keith se acercó a la cama, sentándose en el borde. Miró el armario, luego las mesitas y también la ventana. Luego miró a Cao.
- Ven...
Dio unos toquecitos con la mano sobre la cama, a su lado. Esperó que Cao se sentase a su lado para besarlo con ternura. Era raro que a su edad le emocionase tanto este cambio, pero era genial en verdad. Caoilte le devolvió el beso sin poder quitarse de encima los nervios de la emoción. Se lo quedó mirando sonriendo como un idiota. Miró un poco la habitación y luego a él de nuevo. Era un poco chocante verlo en ese espacio que conocía tan bien, pero la risa floja que se le escapó le indicaba que era para bien.
- Mira, soy una niña - le soltó como excusa cutre por la risilla.
Keith abrió los ojos y se rió.
- ¿Cómo puedes ser tan adorable?
- Bah - Le dio otra vez en el brazo, pero ya estaban los colores otra vez ¿no iba a acabar nunca esto?
Keith se quitó los zapatos y se subió a la cama.
- ¿Tienes... algún lado especial para ti? - lo miró de reojo, quedándose tumbado boca abajo justo en el medio-. Ni te imaginas lo que me cuesta preguntarte eso... y ni siquiera se por qué... es como.. violento ¿no?- lo miró riéndose.
- Me gusta más lejos de ventana- dijo tirándose a su lado boca arriba-, pero me da igual.
- También vas a tener que aguantar que te pida permiso para todo... “¿Puedo poner esto aquí?¿Puedo coger aquello? ¿Me puedo sentar aquí?¿Puedo abrazarte para dormir...?"
- Pero esta esa casa tuya ahora – notó mariposillas en el estómago-, no tienes que pedir permiso. Para nada.
- Gracias... pero sé que no lo podré evitar...al menos al principio, claro...
Con la mano le acarició la mejilla, y terminó rozándole la cicatriz que le cruzaba la cara.
- En verdad me da igual que lado dormir, siempre que estés tú al otro...- sonrió con ternura, cerrando los ojos.
Caoilte le cogió la mano con la que le acarició riendo un poco.
- Siempre dices cosas así bonitas....
Se quedaron así un poco, hasta que Keith volvió a hablar.
- Si quieres que hagamos algo dilo ya o me quedaré dormido...
- Mmmm... tú eres quien hace viaje y sabe si necesita descansar o ducha... ¿O ya ganas de turista por ciudad?
Se quedó pensando un poco.
- Una ducha me despertará... ¿Qué te parece ir a comer por ahí?- Se incorporó quedando de rodillas en la cama- Luego ya tendré tiempo de vaciar la maleta y descansar... y todo eso...

Se bajó de la cama y fue a por su maleta, volviendo y dejándola en el suelo de la habitación. Caoilte se incorporó un poco apoyado en los codos, viéndole ir de un lado a otro, aún con la sensación extraña de la situación.
- No te importa que de momento se quede aquí la maleta ¿no? -Preguntó mientras la abría y sacaba ropa para cambiarse.
- No claro, no preocupes por eso - se sentó al borde-. Tienes cosas de ducha en baño... luego de comer vamos a comprar todo que necesitas. También hay que ver si hace falta para comida o para casa... creo aquí solo básico.
- Muy bien, me encanta ir de tiendas y de compras- contestó con un destello de felicidad en los ojos-. Voy a ducharme entonces.
A Caoilte le pareció gracioso que se hubiera puesto tan contento solo con decir la palabra "comprar". Keith se acercó y le dio un besito en la frente, pero antes de salir por la puerta se paró y se giró para mirarlo.
- Er...el baño... ¿es esta puerta o es aquella otra?- se rió,quedándose señalando una de las puertas.
Caoilte se levantó y le abrió la primera puerta que había señalado.
- Aquí, la otra es estudio, para pinto y pongo comics y eso. Hmmm... si necesitas sitio para cosas parecidas o ordenador cabe ¿eh?
- Ah, tengo un portátil, pero llegará en unos días a la oficina, lo he hecho enviar por correo interno. En fin- suspiró-, ya salgo.
Se metió al baño, mirándolo todo con curiosidad. Después de unos minutos terminó de ducharse, se secó el pelo con la toalla y se lo arregló un poco con las manos para que no le quedase demasiado bufado.
- Listo...

Mientras Keith se duchaba a Cao le dio tiempo de quedarse plantado sin saber que hacer en el comedor, ir a la habitación, volver al comedor, dar tres vueltas sin ver nada que le llamase la atención y finalmente tirarse en el sofá para mandarle un sms a Ciaran para confirmarle que "Sí, pesado, sí que ha venido!! xPP" Se levantó de un brinco al oír a Keith salir del baño.
- ¡Ah, que rápido!
- Sí... en verdad ha sido rápido por que no me he liado a ponerme potingues...
Se peinó un poco mas con los dedos y fue a la habitación para calzarse. Cogió la cartera del otro pantalón y volvió a salir.
- Ahora ya sí...bueno ¿a dónde me vas a llevar?
- Hmmm...- pensó un poco- ¿Qué parece si llevo a comer y turismo a la vez? Vamos a S&M en Portobello Road... ¿conoces? Está en Notting Hill. Allí hacen comida bastante de típica de aquí y buen precio.
- No conozco... pero perfecto- se rió, saliendo hacia la puerta.
- ¿Oh no? Es sitio que gusta mucho a turistas y siempre sale en cosas de tele... Es zona de pijos- hizo una caraza-, pero es bonita, mucho color y casas originales...

Una vez fuera Keith le cogió de la mano. Aún se le hacía raro, le daba la sensación de que estaban como en Amsterdam, de vacaciones. Pensar que a partir de ahora esa iba a ser su casa... como que aún no lo asimilaba, pero le emocionaba igual. Caoilte parecía contento de estar así de nuevo con él.
- Otro día llevo a Soho, es barrio gay al lado de zona Picadilly, pero también exótico y tiene muchos pub y bares ¡buen ambiente!- llegaron a la boca del metro y empezaron a bajar- ¡Y Chinatown allí también! ¿Te gusta comida china? Me tienes que contar cosas que gustan... de todo, casi no se a parte de moda...
Keith iba sonriendo, imaginándose todos los lugares.
- Me gusta prácticamente todo, no vas a tener problemas conmigo por eso.
- Oh venga ¿me dices que no ay comida favorita, o película o música?
Pero Keith pareció no oírle, estaba atento al cartel con el nombre de las paradas. Por su bien tendría que aprendérselo rápido, o llevar una notita del cuello donde pusiese "Si me pierdo llama a XXX". Le hizo gracia.
- Cao... si me pierdo vendrás a buscarme ¿verdad que sí?
El aludido bufó extrañado con la pregunta y se alzó un poco para besarlo.
- ¿Cómo no voy a buscar? Ni que Londres es selva que lanzo a ti y si sobrevives es que pasas test o algo así...
- Uh... duraría muy poco... Seguro que yo soy el conejito indefenso y asustado...
Memorizó por su bien la parada de la casa, por si acaso... Se quedó a su lado, mirando la gente y de vez en cuando a Caoilte.
- Humm... ¿Estás más delgado?¿Es posible que hayas adelgazado en una semana?
- ¿¡Más delgado!?- exclamó con horror echándose automáticamnte la mano libre a las costillas.
¡No por favor, más no! Se quedó pensando. Sí que había estado más nervioso, pero había comido normal ¿no? No recordaba haber hecho nada raro, pero si se lo notaba tanto debía ser por algo.
Entonces Keith, sonriendo, pegó su frente a la de Cao.
- Vas a tener que recuperar peso cielo... vas a tener que comer mucho... y puedes empezar por mi...- le susurró con una sonrisa pícara.
Caoilte se sonrojó violentamente pillado con la guardia baja y se separó un poco de un brinco.
- ¡Tio, no me dices eso aquí!
Se soltó y volviendo a acercarse a él lo besó pasándole los brazos por el cuello, hasta que llegó el metro. Keith lo abrazó por la cintura mientras se dejaba al beso, maldiciendo al metro por llegar a la estación justo en ese momento.
- Por cierto, Cao, no me has dicho qué te parece vivir aquí... quiero decir, más que un fin de semana o días sueltos...- le preguntó mientras se sentaban.
- Oh... bueno... supongo tengo que acostumbrar otra vez a no tengo once personas alrededor de yo todo tiempo... Supongo que echaré en menos...- se quedó con la vista perdida un par de segundos-, pero no es como que no veo nunca más. A Ciaran veo seguro al menos una vez por semana– rió-. Seguro echo en menos a chicas para hablar de tonterías de chicos.
Hizo una pose muy gayer con la mano en pecho y pestañeando. Keith se rió al verle, pensando que no le quedaba nada mal en verdad.
- Podemos llenar la casa de cojines o algo así para ir abrazándolos... yo también vivía con mucha gente en el piso de Soda, ahora se me hará raro no escuchar peleas o grititos de nena de fondo.
- Bueno...- se concentró para mantener una expresión neutra, aguantando la risa- si echas en menos gritos... a mi se me ocurren maneras para que sientes como en casa.
Le sonrió inocentemente, aún conteniendo la risa. El otro lo miró fijamente con los ojos entrecerrados y una sonrisa pervertida apareciendo poco a poco en sus labios.
- Ya veo... creo que no extrañaré los grititos entonces...
Se mordió el labio, sonriendo, solo de recordar cómo había sido el fin de semana anterior. No se podía hacer una idea de cómo sería... ¿cada día? Sí, cada día. Caoilte se rió y le dio un beso rápido.
- Ah, por cierto- continuó Keith-, ahora que estamos viviendo juntos... podrías venirte un día al estudio conmigo, seguro que te contratarían para alguna sesión ¿te gustaría?
- Uh... yo acompaño, pero... no creo con cara esta quieren hacer nada...- hizo un gesto desganado señalando la cara, refiriéndose a las cicatrices que la cruzaban-. Y bueno, no solo cara, ya sabes...
Se puso en pie tirándole de la mano, les tocaba bajar en la siguiente parada.
- Pero me gustaría ver sitio y como es revista y eso- continuó-, así que lleva ¿ok?
- A mi me encantan tu cara y tu cuerpo...- Y seguir tus cicatrices con los dedos o la lengua, pensó.
Caoilte le sonrió, nunca se acostumbraría a que le dijeran cosas bonitas de su cuerpo.
- Bueno, yo voy de cotilla, si ellos deciden que quieren algo ya avisan...
- Seguro que algún trabajo te sale, ya verás.

Salieron a la calle, hoy hacía sol y bastante calor. Keith le cogió la mano entrelazando sus dedos con los de Caoilte. Iba mirándolo todo con curiosidad.
- Me siento como un niño que va por primera vez a una feria...
- No es feria, pero primera vez ¿no? Mira...- giraron la esquina- Esto es Portobello Road...
Señaló una calle ancha y larga llena de casas bajas del mismo estilo, a lo lejos se veían incluso pintadas de llamativos colores. Keith miró las casas sonriendo.
- Qué bonitas... Me gustan los barrios coloridos, no tanto marrón y gris de ciudad...
- Ahora vamos a comer aquí cerca, luego bajamos a otra parada de metro más allí y así ves bien.
- De acuerdo, ya empiezo a notarme las tripas rugir... y a no se que quieras que comience a comerte a ti... mejor vamos a algún restaurante...
- Me estas poniendo muy difícil ¿sabes? Si se quedamos en casa.
- Tranquilo, tarde o temprano volveremos...
Se rió apretándole la mano. Se paró de golpe enfrente de un restaurante con un portal entre modernillo y clásico, con grandes cristaleras.
- Aquí es.
Le abrió la puerta al local, decorado con papel pintado y pequeños cuadros de madera casi como el comedor de la abuela, acogedor y típico inglés. El restaurante le pareció a Keith sobre todo adorable, las mesitas y los cuadros quedaban genial.
- Oooh... No se ven restaurantes así en Barcelona...- se sentaron y Keith se quedó unos segundos mirando los cuadros- ¿Cómo conoces estos sitios? ¿Vienes con los amigos?
- Hum... algunos sí, pero mayor veces descubro por trabajo de reparto. Como muevo por toda ciudad si veo sitio que llama atención luego vuelvo a comer y eso. Ciaran y resto son mas de comer en casa, y "amigos"- hizo el gesto de las comillas con los dedos- de universidad, cuando vamos juntos es para ir luego a disco y vamos más por zona esa que es más caro. Ahora puedo llevar a ti a sitios que encuentro- sonrió contento cogiendo la carta del menú que le ofrecía la camarera que acababa de llegar.
A Keith se le iba dibujando una sonrisa inmensa en el rostro mientras le escuchaba.
- ¿Sabes? Cada vez que me dices eso de repartidor me viene a la cabeza el anuncio ese de Coca Cola... No se si lo habrás visto, ya tiene unos años, pero salia un tiarrón cargando una caja llena de las bebidas, así todo sudoroso y...- Volvió a sonreír imaginándose a Cao haciendo el papel de repartidor. Cogió la carta y la ojeó un poco-. Yo... pediré lo de las fotos, que tiene buena pinta...
- Oh, come on... tu me ves a mi, sabes soy mas de hueso que músculo! A saber que imagen de yo tienes en cabeza...- se rió mortificado, llamó a la camarera y le pidió los menús.
- Bueno entonces solo serás mi repartidor de Coca Cola...- le sonrió también a la camarera.
- Cuando ya tienes todo listo en casa y sabes bien horas de trabajo y eso, hacemos lista de sitios que tienes que visitar- suspiró llevando la conversación lejos de repartidores sudorosos.
- El horario supongo que será el mismo que tenia en Barcelona... de mañanas, y alguna tarde si se presenta trabajo por sorpresa...- pensó un poco- Tal vez también tenga que trabajar algún sábado por la mañana, pero el domingo seguro lo tengo festivo...
- Bien, pues elegimos sitios y luego orden según como puedes, tiempo para ver tenemos todo que queremos...
Le dio una punzada de nervios en el estomago.
- Aún... aún no creo que de verdad vamos a vivir juntos... se siente raro así tan rápido ¿verdad?- rió nervioso- ¿Quién cree que en mes pasado casi llegamos a no volver a hablar...?
- Humm sí...- agachó la cabeza sonrojándose- De verdad no quería hablar más contigo... Es raro cuando sientes que te has enamorado de alguien pero sabes que no puede funcionar... duele...- lo miró- Si desde principio hubiese sabido que terminaría aquí... todo habría sido mas fácil ¿no? Pero no tan divertido a la hora de explicar dentro de unos años...- se rió.
Caoilte sintió el corazón dándole un vuelvo al oír "enamorado" y no pudo reprimir una sonrisa, luego resopló al recordar como se sintió aquel día.
- Yo quería destrozar casa de enfado por estar en situación esta... y peor es que creo tu piensas que enfado con tú... pero claroooo...
Lo miró con cara de enfado, iba de broma pero no podía evitar un leve resquemor. Lo acusó levantando una ceja.
- Como señor decide marchar corriendo- continuó- ya no puedo explicar- suspiró- Sí, será divertido acordar de día que casi consigues que me tiro por ventana...
Se repantigó en al silla y le dio una patadita por debajo de la mesa.
- Oh dios soy un sádico... - dijo Keith- pero sí, será divertido...
Le guiñó un ojo y se enderezó cuando la camarera les trajo los primeros platos.
- Humm... qué buena pinta tiene...- Keith pinchó un poco con el tenedor- En verdad... nunca pensé que terminaría mudándome por alguien, siempre había pensado que lo harían por mi, y me di cuenta de eso cuando estaba haciendo la maleta para venir aquí...
Sonrió con ternura al recordarlo.
- A mi no me importa hacer si no estoy en situación mía...- dijo en voz baja mientras pinchaba con el tenedor una de las salchichas- si soy una persona normal...
Keith lo miró unos segundos fijamente.
- Me hiciste sentir especial cuando me explicaste tu naturaleza...
Estiró la mano cogiendo la de Cao.
- Que sepas que me habría enfadado contigo si decides perder semejante hombre, guapo, cariñoso y atento por no decir eso ¿eh?
Se rió bromeando y Caoilte le siguió, resoplando un poco como para quitarle crédito.
- No me perdono si no arriesgo... por culpa de que soy nunca hago locuras como de semana pasada a o así, siempre a escala pequeña, ja ja.
Se quedó un poco empanado mirándole la mano y más serio preguntó.
- Entonces, si no te digo... ¿no estaríamos así ahora?
Keith lo pensó un momento.
- Pues... no lo sé... Yo se que, sabiéndolo o sin saberlo estaba perdidamente enamorado de ti, pero no se si tu conciencia estaría tranquila si no me lo hubieses dicho.
- No... la verdad no hago nada si no digo entonces... Es raro porque en normal no digo que soy a nadie si no es necesario, no se que pasa en cabeza para que te digo a ti tanto de pronto...
- Nuestro problema no eras tu, si no la distancia y la cabezonería...- sonrió- Yo no puedo responder esa pregunta Cao.
Él solo lo miró y rió
- ¿Puede cerebro traiciona porque sabe que va bien?

Mientras iban comiendo, interiormente Caoilte se daba de ostias por haber estado haciendo el capullo respecto a Ciaran sin pensar hasta cómo de serio había estado viendo Keith lo que podría haber entre ellos. Por su parte Keith iba mirándolo de vez en cuando sonriendo, feliz de estar ahí.
- Ah, por cierto... -dijo de pronto Keith- Me he traído mis gallumbos de Snoopy... Espero que tú no hayas tirado los que te regalé de Bob Esponja. Un día tenemos que ponernos de acuerdo y llevarlos los dos a la vez, y hacernos una foto...
Caoilte abrió mucho los ojos al oírlo.
- Y lo de foto es completamente necesario ¿no?- sacudió la cabeza- Solo guardo eso porque me regalas tú. Me gustan muchas cosas raras y horteras... ¿pero Sponge Bob?- lo miró con cara de pena horrorizada.
Keith exhibía una amplísima sonrisa.
- Después de escuchar esto... oh sí, es muy necesaria la foto,. Además, ya veo como la haremos y todo... los dos con el traserilllo alzado...
Se comenzó a reír él sólo imaginándose la situación. Se siguió riendo un poco más y luego se intentó serenar.
- En fin, que va a ser divertido...
Se terminó lo que tenia en el plato y le dio un sorbo a la jarra que le habían traído.
- Ah... me he comprado cuadernos de esos de escuela, para ir practicando la escritura en inglés y demás. El de la tienda me dijo que para mi hijo serían perfectos... me dio tanta vergüenza que solo asentí...
Caoilte rió sonoramente, un par de personas se giraron molestas por el jaleo.
- Eso sí va a ser divertido, te veo en casa "manzanaaaa... aaaapple, perrooo... dooooog" y cantando canción de niños pequeños para aprender abecedario.- se limpió los labios con la servilleta aún riéndose- Luego puedo corregir yo, me compro gafas de mentira y pongo de profesor serio. Te castigo si haces mal ¡¡Así que esfuerza!!
Lo amenazó con el dedo mientras finiquitaba su plato. Y añadió en un murmullo.
- La foto ni de broma.
Keith llenó los mofletes de aire y lo miró feo.
- Entonces no dejaré que me castigues contra la pared si me porto mal...
Terminó con un alzamiento de mentón indignado. Caoilte se encogió de hombros.
- Bueno, queda mas casa libre para castigo, no me preocupa si pierdo paredes.
Keith rió, echándose hacia atrás en la silla.
- Oye aqui se come genial ¿eh?
- Que bien que gusta, a mi también mucho! Podemos venir cuando quieres. Hay dos más en Londres de este, pero este favorito mio- le sonrió contento- Cuando quieres volvemos a casa.
Se le puso otra vez la sonrisilla al decir "casa" siendo para los dos.
- Pues... ¿vamos ya? Estoy un poco cansado con el viaje y que anoche por los nervios no podía dormir casi...
Se puso serio un momento, acordándose de Toskan ¿Cómo estaría ahora? ¿Se habría dado cuenta de que ya no iba a volver? Caoilte se puso a rebuscar en su cartera y no notó el cambio de expresión de Keith.
- Vale, damos paseo de vuelta que digo ¿ok?
Suspiró, llamando con la mano a la camarera para que les trajese la cuenta.
- Ah por cierto... me han subido un poco el sueldo... como si el traslado hubiese sido obligado ¿sabes? Jeje
- Je je... sí, que malos que obligan a venir a Londres con par-... no-... yo...
Esperó no haberse sonrojado mucho, y que Keith no se hubiese dado cuenta...
- ¿Eh?- lo miró sonriendo- Si me obligasen a venir por ti... creo que sería la cosa que más feliz haría...
Caoilte dejó el dinero en la mesa esperando a que viniera la camarera porque ya sabía más o menos cuanto iba a ser.
- Pensaba pagar yo... ya has pagado tú el taxi....-bufó- La cena la pago yo hoy... piensa un sitio bien lindo ¿sí?
Caoilte se rió.
- Aprovecha bien que pago y no quejas, conozco mucha gente que no ve a mi hacer esto nunca!

Cuando la camarera cogió el dinero, Keith se levantó acercándose a Caoilte para ofrecerle su mano, luego salieron y de nuevo comenzó a mirar a la gente y las callejuelas sonriendo. Comenzaron a pasear tranquilamente por la conocida Portobello Road, con sus casas de ladrillo y de colores. Caoilte iba señalando sitios y haciendo comentarios, y Keith Iba haciendo nota mental de lo que le explicaba.
- Sabes, los sábados aquí hay mercado grande, es de mas conocidos para visitar. Tenemos que venir uno.
- ¿Mercado? ¿De que? ¿De ropa? ¿O de miel, mermeladas y esas cosas... o de cositas hechas a mano? Bueno, sea de lo que sea vendremos, me encantan los mercados.
Le apretó un poquito la mano, mostrándole así la emoción que sentía.
- Hum... sobre todo cosas antiguas, también de comida y eso, y algunos de esos están resto de semana pero por parte de allí- señaló a sus espaldas-, pero es mas bonito de ver el sábado. Aquí tienes mercados en casi toda ciudad, yo solo voy a veces a alguno... pero puedo mirar bien y visitamos. Ya digo aquí tienes cosas para hacer todo tiempo libre que tienes, podemos no estar en casa y todo je je.
- Humm... prefiero pasar algún día en casa... ya sabes...
Lo miró de reojo, acercándose para robarle un beso rápido en los labios. Ahora que lo pensaba no sabía si ya eran novios... Que él supiese no lo habían dicho aún. "¿Quieres salir conmigo?" o "¿Quieres ser mi pareja?". Era raro y a la vez infantil, pero tambien un poco necesario para estabilizar las cosas.
- Cao... quiero que te me declares...- le sonrió.
El aludido casi se fue de morros al suelo del susto.
- ¿¡QUÉ!?- ¿desde cuando podía poner esa voz tan aguda?- ¿¡Cómo-cómo ocurre eso así de sorpresa!? ¿¡Y en medio de calle!!?
Se iba poniendo cada vez más rojo a medida que hablaba. Keith no pudo evitar reírse de su reacción.
- Oye... encima de que me pego el viaje... Venga ¿qué te cuesta?
Se paró en seco, quedando frente a él
- Me hace ilusión, de verdad- le puso ojitos, pestañeando unas cuantas veces seguidas-. Aquí... es muy bonito este sitio, así no lo olvidaré nunca.
Caoilte agachó la cabeza y habló más para el cuello de la camiseta que otra cosa.
- Te pido que vienes a vivir con yo... pensaba ya es declaración....
Sentía arder hasta las orejas, pensó que como no era suficiente llamativo que fueran puntiagudas lo de tenerlas al rojo vivo era lo que le faltaba. Ya se le estaba yendo la pinza.
- Ya... pero...- se agachó para mirarle a los ojos- de verdad es más por vicio que por necesidad... quiero que me lo digas, luego te lo diré yo a ti si te hace ilusión ¿si¿- le besó la frente- Cuanto más tardes más gente nos mirará...
Se rió picándolo en broma. Caoilte se quedó callado un momento, pensando a toda prisa. El fin de semana anterior ya le había dicho cosas bonitas y no le había costado tanto, sólo le había pillado en frío, no se lo esperaba... Seguro que a Keith le parecía más fácil. Él ya se lo había dicho en realidad, aunque hubiera sido escrito. Levantó la vista y le miró los ojos tan sólo para apartarlos de golpe de los nervios. Cogió aire para tranquilizarse y volvió a levantar la cabeza.
- T-te quiero- se sonrojó violentamente.
Keith se mordió el labio poniendo cara de "peligro, muerte por sobredosis de azúcar y amor". Sonrió y lo abrazó fuerte.
- Waahh que lindooo- le besuqueó la cara y lo miró-. Yo también te quiero Cao...
Por último le besó sobre los labios. Caoilte le devolvió el beso abrazándole por la cintura. Luego escondió la cara en su cuello, muerto de vergüenza pero feliz, habían aparecido unas mil mariposas en su estómago al oírselo decir con su propia voz. La verdad es que no esperaba llegar a este punto justo el primer día... pero con la que había liado en el clan en el último mes y pico, si no era amor era para lincharlo...
- Oh God... no vuelves a hacer nada así sin preparación antes...
Se rió aún con la cara escondida.
- Vaaale... la próxima vez te avisaré con un par o tres de horas de antelación...
Le dio un último achuchón y luego lo soltó, cogiéndolo como al principio de la mano.
- Tienes suerte, no nos ha mirado mucha gente... ¿Por aquí es normal ver a dos hombres de la mano? En Barcelona era normal hasta verles intimando...
- Bah, aquí cada uno esta a cosa suya y fija poco de eso...- se colocó el flequillo mientras empezaban a caminar-. Siempre hay sitios donde miran menos que otros, como Picadilly y bueno, Soho es zona gay. Pero a mi preocupa poco, paso de preocupar si aquí puedo o no puedo.
- Ah bien, bien.. prefiero asegurarme, no vaya a ser que nos linchen o algo así...

Siguieron paseando por las calles, mirando algún que otro escaparate o tiendecilla, hasta que llegaron de nuevo al metro.
- ¿Volvemos ya?
Caoilte asintió.
- Decías que a descansar ¿no? Además... a mi apetece estamos en casa los dos...
Se sintió un poco moñas porque de verdad le atraía lo de estar vagueando los dos en el sofá en vez de en la cama... Igual el subidón de azúcar de antes le había afectado el cerebro. Se metieron en el metro y el viaje lo pasaron hablando de tonterías, y de donde irían esos días.
Cuando llegaron, a Keith le dio un escalofrío la sensación de estar en casa con Cao. Le encantaba aquello. Se acercó a el y lo besó con ternura.
- Voy a echarme un rato, si quieres venir...
¿Estudiar o quedarme con él? pensó Caoilte. Pero ya estaba en la puerta de la habitación.
- Hoy cojo día libre, mañana ya hago cosas útiles.
Se tiró en la cama en plancha. Keith rió meneando la cabeza mientras se quitaba los zapatos y la camisa, y se echaba también en la cama. De repente le vino todo el cansancio, como cuando habían llegado por la mañana.
- Qué poco me va a costar acostumbrarme a estar aquí...
Le acarició la mejilla con los dedos, rozándole una de las cicatrices. Caoilte le cogió la otra mano y se arrastró para estar más cerquita.
- Bien... así no marchas...
Lo miró a los ojos... aún tenía la sensación de que solo estaba ahí de visita. Pero es el primer día, es normal pensó. Estiró el cuello y le besó.
- Te quiero...
Keith sonrió con los ojos entrecerrados. Cada vez que le decía eso se le erizaba el vello. Se acercó y lo besó también, ésta vez alargando el beso todo lo que pudo, abrazándolo con cariño.
- Te quiero...
Caoilte se apretó contra él pasándole un brazo por encima de la cintura. Estaba tan contento de estar así con él... Llevaba tanto tiempo pensando que no volvería a encontrar a nadie que le quisiera... Era complicado siendo lo que era. Le dio otro besito rápido y se acurrucó. No tenía sueño antes pero se estaba tan a gusto...
Keith lo rodeó con el otro brazo, como acunándolo. Sentía su calor y su olor, y era genial. Cerró los ojos y por mucho que intentó disfrutar un poco mas de esa sensación, no pudo evitar caer dormido al poco. En sueños se alegro de no ser una persona roncadora pese a que de vez en cuando fumaba.



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Keith pertenece a Shura/SieteRatas
Caoilte pertenece a Saganu

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